Algunas conversaciones debieran darse en una terraza al sol. Por lo distendidas, cómodas y francas. Esta con Julio García Mera es una de ellas. La situación extraordinaria que vivimos en este momento nos ha hecho cambiar el vermut por una conexión virtual, pero no se nos ha quedado nada en el tintero: hemos viajado por su retirada elegida, su retirada forzada, las retiradas que tuvo que facilitar a otros, las de aquellos que aparecen en su libro “Cuando el Deporte te abandona”…
Descubrimos a alguien que ha vivido y sigue viviendo la retirada del deportista profesional desde la primera línea de fuego. Porque cuando algo te importa, simplemente haces lo que está en tu mano para ayudar a los que están hoy donde un día estuviste tú…y de eso va esta conversación. De contar para quien necesite escuchar.
Julio García Mera, jugador profesional de Fútbol sala, campeón del mundo siendo capitán de la selección española en el 2000 & 2004 y con una larga historia de amor con el que fue su deporte en el Inter Movistar, define su retirada con una palabra: PAZ La paz de saber que hizo lo que tenía que hacer.
Nos cuenta que la misma noche en que ganaron el mundial del 2004, ya en el aeropuerto de Taipei, le comunicó al seleccionador su decisión de retirarse de la selección nacional. Así, sin más. No titubea al decir que fue la mejor decisión de su vida deportiva. Lo tuvo claro. Pero por detrás de aquella certeza que pocos en su entorno entendieron, existía un conocerse bien, un saber leer los momentos y esa dosis necesaria de amor propio al querer decidir el momento y la manera de despedirse. Fueron esas las variables principales que le facilitaron pasar página y tomar distancia de una forma amable de lo que ya había sido.
Lo opuesto ocurrió cuando su club le retiró de su deporte. Ni lo esperaba ni lo quería. Y dolió. Comenta que le dieron la noticia al terminar la temporada, sin opción a saborear esos últimos partidos ni despedirse de su afición… La aceptación tarda mucho más en llegar, y aunque las oportunidades que lleguen sean interesantes, tu foco está en “lo que te quitan”. Tocó gestionar esa frustración y decepción. Su conclusión es rotunda: “te das cuenta de que es mejor tomar tú las decisiones y que no te retiren”.
Aprovecha este interludio para sugerir a todos aquellos que tienen la responsabilidad de ser “los mensajeros de la retirada” que se entrenen en cómo dar “malas noticias”. Porque no es lo mismo que te citen en un bar para decirte que ya no cuentan contigo (caso real que tuvo que digerir su buen amigo Iturriaga) a que se te transmita que es hora de cerrar el capítulo deportivo con el respeto, delicadeza y honestidad que un momento así requiere. Y lo pide a sabiendas, porque como Director deportivo del Inter Movistar tuvo que hacerlo en más veces de las que hubiera deseado y lo recuerda como casi lo más difícil de esa etapa profesional. “Es muy muy duro”.
Buceamos en aquello que a él le facilitó la transición hacia “el día después” y lo primero que nombra es a un grupo de deportistas profesionales de diversas disciplinas que se juntó hace ocho años para formar una red de apoyo mutuo, confianza y conexión. A la cabeza, una psicóloga con un pasado como deportista profesional. El cariño hacia ese equipo del que forma parte es latente en cualquier referencia que de ellos hace. Una vez más, la importancia de la pertenencia, del ser parte de un ente más grande que uno mismo que persigue ayudar y dejarse ayudar.
No se olvida de sacar a la palestra la formación. 5 años de periodismo que combinó con sus entrenamientos sin problema, porque el deportista, dice con esa forma tan suya de comunicar, tiene tiempo para formarse. Y desmonta de un plumazo esa excusa reiterada por muchos. Son muchos los tiempos muertos, fraccionados quizás, pero reales que tiene el deportista. Y mucha y diversa la oferta formativa existente hoy. A Julio ese esfuerzo le abrió las puertas a las posteriores colaboraciones que desde entonces realiza para diferentes medios deportivos. Y a que una editorial le facilitase publicar su libro. Y a ser quien es hoy….
La retirada es dura. Y para el deportista en activo tiene un mensaje: “la carrera deportiva acaba muy pronto.y después queda un 50 o 60% de tu vida en el que vas a ser algo diferente. Ten un plan B y un C. Has de prepararte desde el punto de vista económico, social y profesional. Vas a pasar de hacer lo que mejor sabes hacer en lo que más disfrutas a algo en lo que no estarás tan cómodo pero de lo que tienes que saber disfrutar. Está bien que te ayuden, pero necesitas ser tú quien se responsabilice de lo que ha de venir.
Cerramos conexión y charla, pero queda pendiente una continuación, y esa vez sí, será en una terraza al sol.
Beatriz Roca – themoove